Maridaje musical: "Contigo" (Joaquín Sabina) versión de Niña Pastori
Maridaje alternativo: "Te amaré" (Silvio Rodríguez)
Despiertan en la misma habitación a pesar de que no se conocen de nada. Tras unos pocos segundos de miradas ligeramente esquivas, él comenta algo sobre la meteorología del día mientras se viste lentamente con la ropa que descansa en la butaca desde la noche anterior. Ella le observa, todavía tendida en la cama. Necesitará más tiempo para acicalarse. Durante el desayuno se van conociendo un poco más, conversando animadamente sobre sus respectivas infancias; sonriendo con los ojos. A media tarde pasean juntos por el jardín y él se atreve a iniciar un ademán de tomarle la mano. Ella se muestra receptiva y finalizan el paseo con los dedos entrelazados. Una resonancia interior los estremece en una sintonía fuera de lo común en dos personas que acaban de encontrarse. Para la hora de la cena ya lo saben todo el uno del otro y antes de irse a dormir se convencen de su incipiente pero robusto amor, sellando con un ligero roce de labios su recién estrenada relación. Al día siguiente nada recordarán, pero experimentarán, de nuevo, el mejor día de sus vidas. Y así llevan enamorándose por primera vez a diario desde que la enfermedad se hizo muy presente en ambos. Ella será la primera en no poder levantarse de la cama, en perder la capacidad de hablar y en necesitar asistencia para alimentarse. Él ayudará a las enfermeras a cuidar de esa desconocida que duerme a su lado, sin recordar que fue su amada esposa durante más de sesenta años. Se amarán sin embargo de forma instintiva e irracional hasta el final de su existencia. Porque el Alzheimer, a pesar de su implacable avance, no tiene acceso a los recuerdos firmemente grabados en el corazón.
Maridaje alternativo: "Te amaré" (Silvio Rodríguez)
Despiertan en la misma habitación a pesar de que no se conocen de nada. Tras unos pocos segundos de miradas ligeramente esquivas, él comenta algo sobre la meteorología del día mientras se viste lentamente con la ropa que descansa en la butaca desde la noche anterior. Ella le observa, todavía tendida en la cama. Necesitará más tiempo para acicalarse. Durante el desayuno se van conociendo un poco más, conversando animadamente sobre sus respectivas infancias; sonriendo con los ojos. A media tarde pasean juntos por el jardín y él se atreve a iniciar un ademán de tomarle la mano. Ella se muestra receptiva y finalizan el paseo con los dedos entrelazados. Una resonancia interior los estremece en una sintonía fuera de lo común en dos personas que acaban de encontrarse. Para la hora de la cena ya lo saben todo el uno del otro y antes de irse a dormir se convencen de su incipiente pero robusto amor, sellando con un ligero roce de labios su recién estrenada relación. Al día siguiente nada recordarán, pero experimentarán, de nuevo, el mejor día de sus vidas. Y así llevan enamorándose por primera vez a diario desde que la enfermedad se hizo muy presente en ambos. Ella será la primera en no poder levantarse de la cama, en perder la capacidad de hablar y en necesitar asistencia para alimentarse. Él ayudará a las enfermeras a cuidar de esa desconocida que duerme a su lado, sin recordar que fue su amada esposa durante más de sesenta años. Se amarán sin embargo de forma instintiva e irracional hasta el final de su existencia. Porque el Alzheimer, a pesar de su implacable avance, no tiene acceso a los recuerdos firmemente grabados en el corazón.
Celebro que Almudena haya mencionado este relato en antena. Me ha hecho descubrir un interesante y ameno blog. Encantado de leerte.
ResponderEliminarMuchas gracias Germán. Me alegro de que esta colección de pequeños relatos sea de tu agrado. Hace tiempo que no añado ninguno, porque estoy más centrado en promocionar un pequeño libro que he editado con ellos. Se titula "Cincuenta bocados con maridaje". Ven cuando quieras por el blog; para mí es un honor que alguien se tome el interés de leer lo que escribo.
EliminarPor cierto, German. ¿En qué emisora se mencionó el relato?. Algo me había dicho una amiga ayer sobre el tema, pero no se llama Almudena.
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