Maridaje musical: "Tears in heaven" (Eric Clapton) enlace youtube
Sin duda alguna mi papá tiene poderes. Parece ser que es cosa de familia. Yo al principio no le creía, pero cada día me demuestra su extraordinario potencial. La primera vez que se abrió la puerta del supermercado al acercarnos, pensé que había sido una casualidad. Desde entonces voy siempre con él a hacer las compras y cuando estamos a escasos pasos de la entrada, ambas hojas de vidrio se deslizan hacia los lados en un acto de sumisión que nos da la bienvenida. También voy con él al banco y sucede algo similar. En este caso el vestíbulo se parece a uno de esos tiovivos giratorios en los que me encaramo cada vez que tengo oportunidad. De nuevo al aproximarnos, el mecanismo se pone en marcha y gira a nuestro ritmo depositándonos dentro de la entidad bancaria. En casa, mi papá también muestra sus cualidades de superhéroe: Apaga su despertador cada mañana con una palmada y a menudo jugamos a cambiar el canal de la televisión mentalmente... Yo nunca lo consigo pero él sin embargo es infalible. Nuestro coche no se pone en marcha como el de mis amigos, sino que es mi padre quien lo arranca acariciándolo en las proximidades del volante. En los viajes no tiene necesidad de tocar la palanca de cambios para que ésta se mueva a la marcha que corresponda en cada caso. Además cuando el vehículo está cerrado, simplemente poniendo las yemas de los dedos en la manilla, la puerta se abre obedeciendo de manera inmediata los deseos de su dueño. Innumerables veces lo he intentado hacer yo sin tener ningún éxito en la maniobra. Cuando le pregunto cómo lo hace, me contesta sonriendo que es cosa de familia y que su especialidad son las puertas y en general los mecanismos electrónicos. “¿Cómo es que entonces yo no tengo poderes?”, le he insistido y él me ha dicho que soy demasiado pequeño. Ningún niño de 6 años ha experimentado poderes en la familia. Cuando éstos lleguen me daré cuenta.
Sin duda alguna mi papá tiene poderes. Parece ser que es cosa de familia. Yo al principio no le creía, pero cada día me demuestra su extraordinario potencial. La primera vez que se abrió la puerta del supermercado al acercarnos, pensé que había sido una casualidad. Desde entonces voy siempre con él a hacer las compras y cuando estamos a escasos pasos de la entrada, ambas hojas de vidrio se deslizan hacia los lados en un acto de sumisión que nos da la bienvenida. También voy con él al banco y sucede algo similar. En este caso el vestíbulo se parece a uno de esos tiovivos giratorios en los que me encaramo cada vez que tengo oportunidad. De nuevo al aproximarnos, el mecanismo se pone en marcha y gira a nuestro ritmo depositándonos dentro de la entidad bancaria. En casa, mi papá también muestra sus cualidades de superhéroe: Apaga su despertador cada mañana con una palmada y a menudo jugamos a cambiar el canal de la televisión mentalmente... Yo nunca lo consigo pero él sin embargo es infalible. Nuestro coche no se pone en marcha como el de mis amigos, sino que es mi padre quien lo arranca acariciándolo en las proximidades del volante. En los viajes no tiene necesidad de tocar la palanca de cambios para que ésta se mueva a la marcha que corresponda en cada caso. Además cuando el vehículo está cerrado, simplemente poniendo las yemas de los dedos en la manilla, la puerta se abre obedeciendo de manera inmediata los deseos de su dueño. Innumerables veces lo he intentado hacer yo sin tener ningún éxito en la maniobra. Cuando le pregunto cómo lo hace, me contesta sonriendo que es cosa de familia y que su especialidad son las puertas y en general los mecanismos electrónicos. “¿Cómo es que entonces yo no tengo poderes?”, le he insistido y él me ha dicho que soy demasiado pequeño. Ningún niño de 6 años ha experimentado poderes en la familia. Cuando éstos lleguen me daré cuenta.
Pasado mañana es mi cumpleaños y hoy me siento un poco diferente. Sobre todo desde que encontré debajo de la cama un paquete que contenía una especie de chándal de una pieza de color azul con una gran "S" en el pecho, acompañado de una capa roja. Es la misma vestimenta que llevaba el protagonista de la película que vimos la semana pasada en el cine y que tanto me gustó. Ahora ya sé cuáles son mis poderes y voy a darle una gran sorpresa a mi padre. Me he puesto el traje y he salido al balcón de mi casa, aprovechando que mamá está haciendo la comida. En cuanto vea aparecer a papá me lanzaré raudo hacia él y volaré justo hasta su lado para recibirle. ¡Qué gran alegría se va a llevar! Precisamente ahora aparece por la esquina….
No hay comentarios:
Publicar un comentario